domingo, 9 de noviembre de 2008

A los que cumplieron, gracias...

Así es, a quienes cumplieron con el primer y más sencillo de los requisitos para la elaboración del trabajo final, les agradezco mucho que lo hayan hecho. Las instrucciones fueron publicadas el 27 de octubre de este año, como puede verse en este sitio y en el sitio del Grupo de Google.

No sólo eso, la instrucción y los ejemplos de cómo crear las bitácoras (Coyote Mágico y Coyote Mágico Rédux), se presentaron de viva voz en clase el 17 y 18 de octubre. Ya desde ese día, por cierto, hubo quienes como Evelyn o Gilda crearon por sí mismas sus bitácoras.

En otros casos, como Joyce o Tania, ellas crearon por sí mismas las bitácoras durante la tercera y cuarta semanas de octubre en sus hogares u oficinas y hubo quien, como Bibiana además de crear su propia bitácora, ayudó a varias de sus amigas (Paola y Claudia Camacho, entre otras) a crear sus bitácoras en los días siguientes.

Otros más, como Mariola Navarro, aprovecharon bitácoras ya existentes para cumplir con este requisito, lo cual era perfectamente válido.

Yo mismo ayudé, el 18 de octubre y el 1 de noviembre, en la mañana a personas como Diana a crear su bitácora y, a la distancia, estuve cerca de los esfuerzos de Claudia Magdalena, quien tiene que caminar mucho para llegar a un lugar con computadora y acceso a Internet, o de los esfuerzos de Dulce López Gómez, quien ahora trabaja en una región muy apartada de Chiapas, para cumplir con este requisito.

No sólo eso, ya desde el domingo dos de noviembre y hasta el miércoles cinco, estuve en San Cristóbal de Las Casas con quienes quisieran acudir para hablar de sus proyectos o ayudarles a crear su bitácora. Ahí estuvieron conmigo José, quien retrasó su viaje a Palenque, Cynthya (quien viajó desde Ocosingo), Koribeth, Lyz Utrilla, Luís Zavaleta, Joyce, Jonathan, Bibiana, Paola y Tommy, quienes viajaron desde Tuxtla Gutiérrez en distintos momentos, además de Darío, quien vive en San Cristóbal.

En la última sesión de política pública, del 31 de octubre, pregunté en reiteradas ocasiones si había alguna duda respecto de los plazos que debían cumplirse y, como es frecuente, nadie abrió la boca o alzó las manos.

Ya desde el término del plazo, tres, cinco, ocho e incluso 25 horas después, hay quienes deciden acordarse de cumplir con el requisito y actuar como si estuvieran exentos de cumplir con las reglas o merecieran--por alguna extraña razón que desconozco--un trato especial y distinto a los demás.

Reglas que fueron dadas a conocer en tiempo y forma, pues nadie puede llamarse a sorprendido o abusado, ni siquiera quienes han hecho de acumular faltas en este programa un arte, pues las reglas fueron publicadas con suficiente antelación y no tenían que pedírmelas para conocerlas. Bastaba con que acudieran al Grupo, a la página Instrucciones para trabajos finales para que descargaran ahí las instrucciones.

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